martes, 29 de mayo de 2012

Las entradas y las finales, malas costumbres

No todo fue perfecto el pasado viernes durante la celebración de la final de Copa. La fiestas entre ambas aficiones fue perfecta, para la nuestra el partido también, no hubo problemas ni incidentes, ... todo hace indicar que fue un día perfecto para los culés.

Sin embargo, hubo un detalle, que nuevamente se repite y al que se la ha de buscar una solución, en la zona culé del estadio se podían apreciar gran cantidad de aficionados rojiblancos. Lo preocupante no es que ellos se encontrasen allí, es quien les ha proporcionado las entradas.

Como socio del F.C. Barcelona participé en el sorteo de entradas para esta final, no siendo agraciado, y como presidente de una peña de más de 170 socios solo disponía de tres entradas para nuestro colectivo.


Me resulta incomprensible que viendo la gran demanda de entradas existente, existan socios y peñistas que soliciten estas entradas con la única finalidad de hacer negocio con ellas, dejando sin posibilidad de asistir al partido a otros socios, peñistas o aficionados que sufren la falta de localidades.

Entiendo que la solución no es fácil, pero se ha de dar una respuesta desde el club y desde el colectivo peñístico, sancionando con severidad estas actitudes.

El problema se repite, hace tres años ocurrió algo similar, nos debemos de poner todos manos a la obra para evitar este sucio mercantillismo que no beneficia en nada a nuestra afición.

martes, 22 de mayo de 2012

Y si solo quiero ir a un partido de fútbol ....

La verdad es para no creerselo, en un país que se supone democrático, por el que muchos lucharon hace 40 años, que una persona con el cargo de Presidenta de la Comunidad de Madrid haga las declaraciones de hoy, es para llevarse las manos a la cabeza.

Señora Aguirre, lo suyo no tiene nombre, ¿o sí?, o ¿lo suyo se llama dictadura? En una democracia que se precie, la existencia de independentista, de antimonárquicos, y de lo que fuese, debería ser asumido con total normalidad, la que usted no representa.

Me avergüenza, como ciudadano que un representante democráticamente elegido, sea capaz de hacer sus declaraciones y no ser inmediatamente obligado a dimitir, y no por su partido, ni por su gobierno, si no por sus ciudadanos que deberían de avergonzarse de sus dirigentes.

Señora Aguirre, yo solo quiero ir a un partido de fútbol, no quiero ir a pitar al rey, no quiero ir  aplaudirle ( no da motivos por cierto), ero respeto a quien lo haga, tanto lo uno como lo otro.

Pero está claro que usted no conoce la palabra respeto, y si la conoce no la aplica.

Además sabe que con sus palabras lo único que hace es incitar a los más radicales, a aquellos que son capaces de cualquier cosa para defender e imponer sus ideas, cada día está mas cerca ellos.

Espero que no se produzcan incidentes, si los hubiese los participantes serían sus responsables, pero usted encendía la mecha.


sábado, 19 de mayo de 2012

No ganó el fútbol

No voy a negar que si no jugaba el Barça la final de la champions, yo.ni tenía ninguna predilección. Me daba igual quien ganase.

Pero una vez visto el partido, creo que ayer el fútbol no tuvo su día. Podrán apelar a la emoción, al trabajo, al correr más que nadie, pero que un equipo que ha gastado 900 millones de euros en fichajes gane así la champions, no deja de se negativo para el fútbol.

Puedo entender que un equipo menor, con menos poder económico pueda jugar sus bazas con este tipo de fútbol, pero no puedo aceptar como algo positivo que lo haga el Chelsea.

Extraer algo positivo de este partido es difícil, quizá la justicia que se hace con Drogba, auténtico soporte de este equipo, en el que jugadorazos como Mata se diluyen en la mediocridad del antifútbol.

Cuando un  equipo gana un gran torneo como este, su número de seguidores crece atraídos por la victoria y los éxitos, sin embargo, dudo mucho que cualquier aficionado al fútbol ayer mejorase sus simpatías por el equipo londinense.

Con dinero se puede fichar, se pueden lograr títulos, pero para lograr ser un grande en europa a tiene que enamorar, y este Chelsea no enamora.